Todos somos Bicentenario
Señor director:
En días pasados, el ministro de Educación declaró que los Liceos Bicentenario son "un programa que se está terminando de manera gradual", contradiciendo al Presidente, quien en julio había dicho que los Bicentenario son "una experiencia que queremos replicar en el resto de Chile". Luego, el ministro señaló en Twitter que "continuarán existiendo", pero agregó: "serán apoyados y acompañados por el Estado, al igual que todos los establecimientos públicos del país que reciben financiamiento estatal". El hilo de Twitter continúa con otras definiciones relevantes: dice que se "hace más necesario que nunca contar con políticas dirigidas a todos los establecimientos" y que los Bicentenario "seguirán recibiendo los recursos asignados a sus convenios".
Todo eso es cierto, pero también engañoso, porque el ministro Marco Antonio Ávila alude constantemente a todos los establecimientos del país. Es decir, el Ministerio podría eliminar toda forma de ayuda específica a los Bicentenarios y apoyarlos de la misma manera que al resto del sistema, entonces estaría cumpliendo en la forma, pero no en el fondo.
El fondo del programa es que para ser Liceo Bicentenario hay que postular, es decir, el Equipo Directivo tiene que comprometerse con una serie de acciones concretas para mejorar el aprendizaje de sus alumnos, el ambiente escolar y la educación integral, teniendo altas expectativas de sus alumnos, foco en el aprendizaje y libertad, autonomía y liderazgo directivo. Con este compromiso, el MINEDUC realiza aportes concretos, algunos en dinero, pero la mayoría en material pedagógico, fortalecimiento educativo (proyecto de mejora que postula cada liceo), estándares Bicentenario y redes. Todo esto podría terminarse si se apoya a los Bicentenario "al igual que todos los establecimientos públicos del país que reciben financiamiento estatal".
Recordemos que cuando nació esta política pública fue para replicar en todo el país el éxito de los Liceos Emblemáticos, y hoy hay 320 liceos con 250 mil estudiantes y 17 mil docentes, en 213 comunas de todas las modalidades de educación que están beneficiados con el Programa. Por supuesto que queremos que todos los establecimientos educativos del país mejoren, es decir, que funcionen como los Bicentenarios, con los apoyos y estándares que estos tienen, no al revés. Pero esto es un proceso gradual que ha ido avanzando y que requiere, más que dinero extra, la voluntad de las autoridades de "replicar en el resto de Chile" los aprendizajes del programa y el compromiso de los equipos directivos y los profesores, quienes autónomamente, deciden ser mejores.
José Luis Velasco
presidente de ASEDUCH