La ciudad heroica donde desiertos y valles fértiles se encuentran
Al sur del Perú, ubicada entre la costa y Los Andes, se encuentra una región que lo tiene todo. Tacna posee monumentos históricos, pinturas rupestres, petroglifos, deslumbrantes playas y aguas termales, junto a la más deliciosa y variada gastronomía.
Más conocida como la ciudad heroica, no solo encanta por su belleza paisajística, sino por el patriotismo que se respira en sus calles. Y es que, hace poco menos de un siglo (1929), Tacna, tras la firma del Tratado de Lima, volvió a ser territorio peruano desatando así la alegría en sus pobladores que nunca olvidaron sus orígenes.
La ciudad heroica no sólo es el primer bastión de la peruanidad, también es una cálida metrópoli poseedora de encantadores destinos, vastos desiertos y valles fértiles; en resumen, un crisol de múltiples paisajes tan cautivadores como sorprendentes.
En su costa, el mar y el viento han forjado bellas playas que cuentan con un fácil acceso. En el valle y la sierra se puede disfrutar de sus aguas termales con una vista privilegiada de sus andenerías e imponentes montañas. La ciudad es famosa por su gastronomía tradicional: un típico picante a la tacneña, un irresistible pastel de choclo, un adobo tacneño o una patasca, combinan a la perfección con sus tradicionales vinos y piscos.
Sus principales atractivos
El recorrido comienza en el Paseo Cívico, un lugar elegido para las celebraciones que se desarrollan en la ciudad. A su alrededor se encuentran la Catedral, el Arco parabólico, el Monumento a la mujer tacneña y la Pileta ornamental. Esta última posee una altura de 6 metros y fue traída desde Bruselas. A su vez, la Catedral de estilo neorrenacentista, fue diseñada por reconocidos arquitectos franceses.
El Arco parabólico es otro de sus atractivos, el que fue creado para honrar a los héroes peruanos Miguel Grau y Francisco Bolognesi, quienes participaron en la Guerra del Pacífico. El Monumento a la mujer tacneña está hecho a base de bronce y se trata de un homenaje a la valentía y el patriotismo característico de las mujeres de esta zona.
A su vez, el Museo Ferroviario ubicado en la avenida 2 de mayo, destaca por conservar el 90 % de piezas originales de la actividad del ferrocarril Tacna- Arica; además de artículos periodísticos y fotografías que narran el proceso histórico de este lugar.
Mención aparte merece el Valle de los Géiseres. A cuatro horas de la ciudad de Tacna, alberga 85 piscinas naturales cuyas aguas oscilan entre los 37 y 80° C, las que poseen propiedades altamente curativas y relajantes. También puedes visitar La laguna Vilacota, las cascadas de Conchachiri y las formaciones geológicas ubicadas en los alrededores del valle, entre las que destaca la denominada Piedra elefante. Otra parada imperdible son las playas de Tacna, donde destacan: El Planchón- ubicada en el balneario del centro poblado de Boca del Río- y Vila Vila, en el distrito de Sama. Imposible terminar tu viaje sin hacer la ruta de los vinos y piscos, en el Valle de Locumba.