"Queremos seguir siendo alternativos"
Miembro del dúo colombiano que lleva 30 años de trayectoria admite que cultiva un bajo perfil y asegura que, pese al auge de lo urbano y la baja popularidad del rock, él y Andrea Echeverri siempre sabrán adaptarse a los cambios.
Rodrigo Castillo R.
Ha estado desde el principio, componiendo, tocando el bajo y manteniéndose en un segundo plano. Cada vez que sube al escenario, como mitad masculina del dúo Aterciopelados, Héctor Buitrago se aleja de los focos y deja que la cantante y también compositora Andrea Echeverri acapare la atención y sea el rostro del proyecto con el que se convirtieron en figuras a nivel continental. Pero eso, dice, está cambiando.
"He preferido cultivar un bajo perfil, y hasta he sido un poco introvertido, aunque en los últimos años ya no lo he sido tanto", reflexiona el colombiano, quien el jueves 2 de febrero podrá demostrar los nuevos matices de su actitud escénica en el recital que el grupo ofrecerá en el Club Chocolate, en Santiago. Tras esa presentación, viajará con la banda para tocar el sábado en Quilpué, en el festival Trotamundos.
"El show que haremos en Quilpué tiene que ver con nuestra postura como grupo de rock alternativo. Hemos desarrollado un cierto sello, que incluye nuestro interés en la recuperación ancestral, en el ambientalismo y en los derechos de la mujer, y por eso nos llegan invitaciones para ese tipo de eventos", dice.
Buitrago podrá cultivar un bajo perfil pero de todas formas tiene una ambición creativa que no se satisface con la popularidad de canciones como "Bolero falaz", "Florecita rockera", "Baracunatana", "Cosita seria" y "No necesito". Por eso que, junto con disfrutar 30 años de multipremiada carrera como integrante de la dupla formada en Bogotá, también ha alcanzado prestigio en sus facetas como solista, productor y activista social. En Colombia, además, su nombre es un referente del punk y el under gracias a su desempeño juvenil en la banda La Pestilencia.
"Al comienzo de Aterciopelados, allá por 1992, yo era el que más componía, pero después Andrea empezó a componer tanto como yo. Con el tiempo, cada uno se fue especializando en ciertas temáticas, porque cada uno tiene sus inquietudes, así que ahora ocurre mucho que los dos llegamos con nuestras canciones casi terminadas en forma individual y nos reunimos para mostrarnos lo hecho y para trabajar juntos en la terminación de detalles. Actualmente, el 80% de nuestras canciones están hechas de esa manera", explica.
En 2018 lanzaron el disco "Claroscura", donde hablaban de las diferencias entre tu personalidad y la de Andrea.
-Sí, el concepto de ese disco tenía que ver con Andrea y conmigo, y con lo masculino y lo femenino, pero ahí también hablábamos de los seres humanos, porque más allá del género, todos tenemos nuestras luces y sombras. Y claro, en nuestras personalidades, también teníamos matices en nuestras maneras de ser, dependiendo del momento.
El título del disco también sugería que tú eras el "claro" y ella era la "oscura".
Bueno, eso lo decía Andrea, un poco en chiste, porque sus canciones tienden a ser más melancólicas, más reivindicativas y contestatarias. Las mías, en cambio, tienen más que ver con temas propositivos, proactivos, meditativos. De todas formas, hay canciones mías que algunos piensan que son de ella, y viceversa, así que ahí está la prueba de que todos tenemos esos momentos de claroscuros.
Hablando de ser propositivo, ¿cómo ves el tema del cambio climático, desde tu posición como activista medioambiental?
Nosotros hemos llevado por mucho tiempo la bandera de la lucha contra el cambio climático, pero ahora hay tantas situaciones complicadas, tanta corrupción, tanto manejo de un discurso del cambio climático que se utiliza para lavar la imagen de algunas empresas... vemos que todo empieza a perder sentido y a volverse un negocio.
¿Qué habría que hacer, frente a esa pérdida de sentido?
Lo que hay que hacer ahora es apoyar que se haga la transición hacia energías más limpias y esperar que la corrupción que envuelve a todos estos procesos vaya desapareciendo. Al mismo tiempo, vemos que se ha generado entre los jóvenes un fenómeno de eco-ansiedad que los lleva a estar deprimidos y nerviosos, pensando todo el tiempo cómo andar más en bicicleta o comer menos carne, mientras los que realmente mueven los hilos en el mundo llegan en jet privado a las reuniones sobre cambio climático. Entonces hay muchas inconsistencias en este tema.
Otra situación complicada es la que vive el rock, que ya dejó de ser un género para público masivo. Ahora todo el mundo escucha música urbana y reguetón.
Sí, así es: el rock, y específicamente el rock en español, tuvo su época dorada en la década del 2000, pero luego empezó a cederle espacio a otros géneros. También ha cambiado la industria musical, así como ha evolucionado la manera en que nos relacionamos con la música, porque ahora todos escuchamos playlist y plataformas digitales. El rock en español ahora puede ser más de nicho, pero como en los últimos treinta años hemos vivido tantas transformaciones en esta industria, a estas alturas ya sabemos adaptarnos y movernos, haciendo que nuestro sonido sea más pop, más rock, más electrónico o más de raíz latinoamericana y folclórica.
¿Tal vez ustedes, en Aterciopelados, por el mismo hecho de haber sido siempre "alternativos", tienen más facilidad para adaptarse y mutar?
Sí, claro, siempre fuimos alternativos y ahora seguimos siéndolo. Eso, pese a que lo alternativo de hoy ya no es lo mismo que fue alternativo hace diez años. De hecho, los géneros que fueron alternativos hace diez años ya pueden haber llegado a ser masivos y hoy pueden haberse quedado atrás. Pero nosotros queremos seguir siendo alternativos, eso es lo que nos mueve: seguir compartiendo nuestra visión del mundo, seguir mirando hacia el futuro con la música y experimentando con las sonoridades. Eso nos hace seguir pensando como alternativos.
"Se ha generado entre los jóvenes un fenómeno de eco-ansiedad que los lleva a estar deprimidos y nerviosos.