Agencia EFE

El argentino Lionel Messi consiguió ayer su octavo Balón de Oro, al superar al francés Kylian Mbappé y al noruego Erling Haaland, un galardón que dedicó a Diego Armando Maradona.

El futbolista del Inter de Miami se convierte en el primer ganador del premio creado en 1956 que no juega en Europa. Messi, de 36 años, se alzó con el premio gracias a su contribución al triunfo de Argentina en el Mundial de Catar 2022.

Messi recibió el premio de manos del inglés David Beckham, propietario de su actual club, el Inter Miami. El astro argentino quiso compartir el galardón con sus compañeros de selección, tras un año en el que logró con ellos su "sueño, el único" que le "faltaba", que no era otro que "Argentina sea campeona del mundo".

Y aunque quiso dejar claro que, aunque todos los galardones "son especiales", afirmó que "los premios importantes son los premios colectivos". Entre los asistentes, sus compañeros "Dibu" Martínez (galardón al mejor portero), Lautaro Martínez y Julián Álvarez. "Esto es un regalo para todo el cuerpo técnico y para toda la gente de Argentina después de lo que conseguimos", insistió.

Messi también quiso dedicar el trofeo a Maradona, ya que ayer hubiera cumplido 63 años. "Me acuerdo de Diego, que es su cumpleaños y no hay mejor lugar para felicitarle que rodeado de tanta gente a la que le gusta el fútbol, como le gustaba a él. Feliz cumpleaños, Diego, este premio lo comparto con vos", dijo.

Preguntado sobre su carrera, ya con 36 años y ocho Balones de Oro en 19 como profesional, aseguró que "nunca" imaginó que iba a tener la carrera que ha conseguido. "Y tuve la suerte de estar en el mejor equipo de la historia, eso hizo que todo sea más fácil, ganar premios individuales", dijo sobre su período en el Barcelona.

Con su esposa Antonella y sus tres hijos, dijo que tuvo "derrotas duras", sobre todo con su país. "Pero no bajé los brazos, peleé por mi deseo de conseguir la Copa América, el Mundial, que era lo que me faltaba, estoy feliz de haber seguido en el intento".

El tenista chileno Nicolás Jarry (20°) superó la primera ronda del Masters 1000 de París, tras derrotar al australiano Alexei Popyrin (39°) por 7-5 y 7-6(6). Es la primera vez que Jarry disputa el cuadro final del último Masters 1000 del año, ya que en 2018 quedó fuera en la ronda previa.

Pero no fue fácil para el "Príncipe", ya que tuvo que luchar contra el gran saque del australiano que logró conectar 15 aces en el compromiso. El primer set fue muy parejo con un Jarry que impidió en todo momento que le quebraran. La segunda manga comenzó a favor de Popyrin que quebró el saque del chileno inmediatamente, pero el nacional respondió en el game siguiente para igualar la cuenta y después llevarse el partido. El chileno se medirá hoy en la segunda ronda al kazako Alexander Bublik que venció en dos sets a Frances Tiafoe, a eso de las 16:00 horas en el último turno del Court 1.

"Estoy feliz con esta primera ronda en París. De empezar de una buena manera, una victoria, jugando muy bien. Tengo que ir sumando este tipo de partidos en esta superficie para ir acostumbrándome más", comentó Jarry después del partido.

"Hice las cosas muy bien, pude estar firme mentalmente para quebrar en el primer set y el tie break del segundo set. Pude manejar los tiempos de buena forma, llevarme la victoria y seguir acá.", agregó.

Gary Neville, leyenda del Manchester United, aseguró que el club, que perdió este domingo 0-3 contra el Manchester City, es un "cementerio de futbolistas". Neville, que actúa de comentarista en la cadena Sky Sports, criticó duramente la estructura de un club que no gana la Premier League en una década y que fue vapuleado por sus vecinos de Manchester. "Cada entrenador que viene al United, empezamos a pensar que hay algún problema con él en algún momento. Cuando pensamos en jugadores que compramos por 50, 60 o 70 millones, incluso que los han querido otros equipos, pero se han decantado por el United, esto termina siendo un cementerio para ellos", dijo.