Al asumir como presidente de Argentina, Javier Milei, anticipó ayer que aplicará un duro ajuste y que habrá "estanflación" por varios meses, pero prometió que este será el "último mal trago" antes de la "reconstrucción" del país.
"Lamentablemente tengo que decirlo de nuevo: no hay plata. La conclusión es que no hay alternativa al ajuste y no hay alternativa al shock", dijo a las puertas del Congreso.
Admitió que el plan tendrá un impacto negativo sobre la actividad, el empleo, los salarios y la tasa de pobreza. "Habrá estanflación, es cierto, pero no es algo muy distinto a lo que ha pasado en los últimos dos años", precisó.
Milei aseguró que la "herencia" que deja el kirchnerismo es la peor que haya recibido nunca un gobierno argentino, con déficit financiero y fiscal equivalente al 17% del PIB, inflación que crece a una tasa anual del 300%, actividad económica paralizada, el 45% de pobreza y 10% de indigencia.
Ratificó que aplicará un ajuste fiscal del 5% del PIB que, prometió, caerá "casi totalmente" sobre el Estado y no sobre el sector privado.
También confirmó que "limpiará" los pasivos del Banco Central y pondrá fin a la emisión monetaria. Planteó que la política monetaria actúa con un rezago de entre 18 y 24 meses, por lo que anticipó que la inflación permanecerá alta, y citó pronósticos que prevén tasas mensuales de entre el 20% y el 40% de aquí a febrero.
"Esta es la herencia que nos dejan: una inflación plantada de 15.000 % anual, (contra) la cual vamos a luchar con uñas y dientes para erradicarla", prometió.
"Es nuestra máxima prioridad hacer todos los esfuerzos posibles para evitar semejante catástrofe", insistió.
Pese al apocalíptico panorama descrito, dijo que tras el "reacomodamiento macroeconómico", la situación comenzará a ir "mejor". "Habrá luz al final del camino", dijo.
En la ceremonia participó el Presidente Gabriel Boric y el canciller Alberto van Kaveren, quien tras reunirse con su par Diana Mondino dijo que "estamos seguros de que vamos a tener una relación extremadamente positiva".
Más tarde, Boric sostuvo que "la hermandad de nuestros pueblos no está en duda (...) Se lo dije al presidente Milei: trabajaremos, espero juntos, sin vacilar, en pos del bienestar de nuestra población. Más allá de las conocidas y públicas diferencias que pueda tener con el presidente Milei, deseo por el bien del pueblo argentino que tenga una buena gestión y que sea lo mejor para su patria".