Televisión más económica
Señor director:
Se ha avanzado mucho en la preocupación y trato hacia el adulto mayor. Sin embargo, en algunos aspectos queda mucho paño que cortar. Uno de ellos es el rol social que tendrían que asumir las empresas que entregan los servicios de cable y fibra óptica. La mayoría del grupo de personas señaladas son pensionadas. Por lo tanto, sus recursos son limitados para pagar tarifas muy elevadas y poder acceder a una programación televisiva a su gusto. Se dice que las personas de edad muy avanzada vuelven a ser niños. No obstante, no significa que por el solo hecho de no poder acceder a un plan más alto en costo, tienen que ver solamente películas de dibujos animados (monitos) y las noticias de los canales locales, etc. La vieja guardia es mayoritariamente fanática de las películas retro de todo género, el fútbol y documentales, etc. Por lo tanto, ¿Por qué no ofrecerles una buena alternativa para armar su propia programación, y a un costo razonable? Para esas grandes empresas no creo que signifique la ruina. Por diferentes causas y motivos, muchos adultos mayores viven encerrados en sus hogares, situación agravada aún más por la pandemia. Por lo tanto, su única fuente de relajo y distracción más real a su alcance es la televisión. Las citadas empresas no solamente deben centrarse en lo comercial sino que también en lo social.
Jorge Valenzuela Araya
Blanco o negro
Señor director:
Sin duda, lo vivido en Antofagasta por el corte del suministro de agua mostró lo mejor y lo peor de sus habitantes. Así como en un tablero de ajedrez blanco y negro, vimos cómo algunos acaparaban y se aseguraban comprando todas las botellas de aguas disponibles en un supermercado o tienda, mientras que otros colaboraban compartiendo sus baños y llenando bidones de agua de manera gratuita; vimos consternados cómo algunos robaron 11 estanques de agua que servían para abastecer a diferentes poblaciones, mientras otros ayudaban a vecinos a acarrear baldes y bidones por toda la ciudad.
Esta crisis dejará en la historia lo bueno y lo malo, pero quedará en la conciencia de sus ciudadanos lo blanco y lo negro de lo que hicimos. Me quedo con las lecciones aprendidas: saber convivir y ser solidarios, porque más temprano que tarde, volveremos a pasar por este tablero. Tengo la esperanza que nuestra ciudad volverá a salir adelante, destacando lo mejor de sus ciudadanos.
Marcelo Flores Lucero
